Viajar a China siempre es una lección de prudencia y humildad.
Por Fabián Pizarro, editor general de Descubriendo China
Intentaré ser objetivo y todo lo plural que puedo, porque al fin y al cabo, a mí China y los chinos me han tratado siempre muy bien y tengo pocas quejas contra ellos. Lo que leerán es solamente mi visión personal, lo que he visto y vivido.
Para comenzar, les hago dos pequeñas recomendaciones. La primera es que desconfíen siempre de las visiones polarizadas de China. Y la segunda es que intenten dejar a un lado los estereotipos y las creencias que tienes sobre este país; China te sorprenderá.
Si hay algo que he aprendido de China y en China, es que este país pone a cada uno en su sitio y te hace sentir minúsculo. Viajar a China siempre es una lección de prudencia y humildad.
Me atrevería a decir que el mundo nunca ha vivido una irrupción tan impresionante, rápida e impactante como la del regreso de China a la escena global como protagonista. Es un impacto múltiple: tecnológico, medioambiental, económico, militar, social, cultural, comercial, idiomático, monetario y político. Si crees que llegas demasiado tarde a una aproximación con China, no lo es. Te cuento que la era China no ha hecho más que comenzar.
Conozco China y sobre ella, más de lo que algún un día pude imaginar. He viajado siete veces al “Gigante asiático”, y solo en vuelos directos desde Chile a algunas de sus ciudades, sin considerar vuelos entre provincias, he recorrido más de 273.000 kilómetros desde mi país para llegar allá. Siendo Chile uno de los países más lejanos del “Gigante asiático - nos separan 19.500 km aproximadamente -, resulta toda una odisea cruzar el Atlántico. Pero créanme, que cada kilómetro recorrido vale la pena.
He visitado nueve de sus veintitrés provincias (Sichuán, Liaoning, Shaanxi Hubei, Henan, Anhui, Hunan, Guandong y Guizhou), además he estado Beijing y Shanghai , dos de sus cuatro Municipalidades (ambas bajo administración directa del Gobierno central), y conozco las dos Regiones Administrativas Especiales: Hong Kong y Macao. En mis siete viajes he totalizado más de nueve meses de estancia en este lejano pero bello país. Puedo decir con seguridad que China es mi segunda patria.
Hoy cuando la República Popular China cumple 75 años, me doy cuenta que he podido ver y vivir el progreso del gigante asiático en primera persona, y en cada una de mis visitas pude experimentar los notables cambios que ha tenido el país desde el año 2019, cuando la visité por primera vez. Su progreso tecnológico, su infraestructura y su triunfo contra la pobreza extrema son solo alguno de los logros que se pueden ver en sus calles y su vida cotidiana. Sus logros son absolutamente notable. Los últimos 40 años desde la fundación de la República han sido vertiginosos pero muy fructíferos para el país y su gente.
En los albores de su naciente República, en 1949, China representaba apenas el 4 por ciento de la economía global. Pero, gracias a su ascenso económico sin precedentes en la historia mundial, China representaba en el 2022 casi el 19 por ciento del PIB global. Hoy nadie duda que China es un aporte para el mundo.
En el año 2022, en plena pandemia, tuve la oportunidad de participar en un programa de intercambio para periodista, y viví, junto a más de 80 colegas de América Latina, África, Europa, Asia y Eurasia en Beijing, por largos cinco meses. Al finalizar el programa de intercambio, tuve el honor, en representación de mis colegas, dar un discurso, y en esa oportunidad dije “Creo que desde hoy todos tendremos una unión inseparable con estas tierras milenarias, por eso, humildemente les propongo que cada uno de nosotros seamos embajadores de China en nuestros países, debemos contar lo que pudimos ver a lo largo de este curso. Mostrar esa China real que pudimos recorrer, sentir y oler. Su cultura, gastronomía, arquitectura, historia y su cotidianeidad merecen ser transmitidas en forma sincera a nuestros pueblos. Así que desde hoy 12 de noviembre, China tendrá más de 80 embajadores periodistas en el mundo”. Hoy que leo nuevamente el texto, reafirmo cada una de mis palabras.
Desde mi rol en Descubriendo China, y junto al equipo que me acompaña en este proyecto, tratamos de mostrar otra China. Una China más allá de los estereotipos, más allá del video viral que muchas veces desinforma y más allá de los prejuicios que existen sobre su cultura, su gente y su forma de Gobierno, su sistema político o sobre sus procesos internos. En nuestro espacio también damos cabida y mostramos una China que avanza, una China que es amistosa, que ayuda y que busca el beneficio compartido. Damos cabida a distintas voces y miradas, siempre buscando una discusión y opinión que aporte al debate, ¿Todo es bueno en China? No, claro que no. ¿En qué país del mundo todo es bueno y perfecto? Cómo exigirle perfección a un gigante de 1400 millones de habitantes. Imposible. Lo que sí creo, es que todos deberíamos darle una mirada sin prejuicios al país que está cambiando el orden mundial, porque lo queramos o no, el mundo se está “Achinando” , y tarde o temprano, de una u otra forma, China estará más que nunca presente en nuestras vidas. China va camino a convertirse en la primera potencia mundial, y este será el mayor desafío geopolítico de los próximos años.
China cambia día a día, mes a mes, pero lo que no ha variado nunca es mi cariño y admiración hacia ella, su gente, y por sobre todo mi entusiasmo para impulsar el conocimiento entre China, Chile y América Latina. Espero con ansias ese octavo viaje para seguir contando historias y viviendo en primera persona el gran “Sueño Chino”.
¡ Gān bèi zhōngguó¡
¡Salud por China!
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