La estatua de la diosa de Hongshan escondía el milagro de la cultura Hongshan. Acá te contamos la historia.
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Por XU HAO
En octubre de 1985, en una noche lluviosa de rayos y truenos, Zhang Xingde, una arqueóloga de apenas 23 años, acudió a visitar a Su Bingqi, un renombrado arqueólogo y entonces presidente del Instituto de Arqueología de China, en la ciudad de Xingcheng, provincia de Liaoning. Zhang llevaba una caja de madera que contenía la figura de una diosa.
Casi 40 años después, Zhang Xingde, quien ahora se desempeña como profesora y supervisora de doctorado del Departamento de Historia de la Universidad de Liaoning, y quien también es una especialista en la cultura Hongshan, recuerda muy bien el momento en el que Su Bingqi fijó atentamente sus ojos en la estatua de la diosa. “Miraba la estatua como si se tratase de un ser querido o un miembro de la familia”, evoca Zhang. Esa fue la primera vez que Zhang Xingde escuchó a Su Bingqi describir la estatua. “Ella es la antepasada femenina del pueblo Hongshan, es decir, el antepasado común de la nación china”, le manifestó Su en aquel entonces.
La estatua de la diosa de Hongshan fue una suerte de llave mágica, capaz de abrir una puerta secreta detrás de la cual se escondía el milagro de la cultura Hongshan.
El oeste de la provincia de Liaoning es una importante zona dentro de los estudios de los orígenes de la civilización china, y fue también uno de los puntos de partida de la arqueología china moderna. El descubrimiento de la cultura Hongshan se dio en la primera mitad del siglo XX. En 1935, un grupo de artefactos neolíticos fueron desenterrados en las ruinas de Hongshan, en la ciudad de Chifeng, región autónoma de Mongolia Interior. En 1954, el arqueólogo Yin Da propuso oficialmente el nombre de “cultura Hongshan” tras las sugerencias de Liang Siyong, la primera persona que realizó trabajos arqueológicos en el oeste de Liaoning. En la década de 1980, gracias a la excavación del sitio de Niuheliang, la cultura Hongshan se convirtió en una parte importante del estudio del proceso de civilización de los tramos superiores del río Xiliao y de los orígenes de la civilización china.
El amanecer de una civilización
La cultura Hongshan tiene entre 5000 y 6500 años de antigüedad, y vivió su mayor período de apogeo hace aproximadamente 5500 años. Cubrió las cuencas de los ríos Xiliao, Daling, Xiaoling y Luanhe, además de las áreas circundantes, las cuales abarcaron las provincias de Liaoning y Hebei, así como la región autónoma de Mongolia Interior.
Guo Dashun, quien está próximo a cumplir 85 años, es director honorario del Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Liaoning, y fue la primera persona en dedicarse al estudio de la cultura Hongshan. El día en que fue entrevistado por la revista China Report, acababa de llegar de Niuheliang, uno de los sitios arqueológicos donde está llevando a cabo una investigación en terreno. Según él, la cultura Hongshan es una civilización antigua primitiva.
El sitio de Niuheliang, localizado en el límite entre el distrito de Jianping y la ciudad de Lingyuan, en la provincia de Liaoning, cubre una superficie de 58,95 kilómetros cuadrados, la cual se encuentra bajo protección y tiene entre 5000 y 5500 años de antigüedad. El sitio de Niuheliang pertenece a la fase tardía de la cultura Hongshan, cuando se encontraba en su mayor apogeo. Hasta la fecha, se han descubierto un templo dedicado a una diosa, un gran altar, un conjunto de tumbas y una serie de objetos ceremoniales de jade y cerámica que datan de este período.
“Antes de la dinastía Xia (siglo XXI-siglo XVII a. C.) tuvo lugar el período de Longshan, el cual consistía en una sociedad patrilineal; antes del período de Longshan fue el período de Yangshao, que tenía una estructura matrilineal. El período de la cultura Hongshan coincide con el de la cultura Yangshao posterior, que forma parte de la sociedad matrilineal. Sin embargo, ha habido ciertos hallazgos que dan cuenta de que la cultura Hongshan muestra indicios del comienzo de una sociedad civilizada”, señala Guo Dashun. “En el pasado se decía que el origen de la civilización china se encontraba en las llanuras centrales, y que la cultura al norte de la Gran Muralla había sido influenciada por ella, pero el descubrimiento de artículos de jade y de un conjunto de objetos rituales es algo muy inusual y, en consecuencia, ha despertado una gran curiosidad tanto dentro como fuera del país”, agrega.
“El descubrimiento de un altar, un templo y una serie de tumbas de la cultura Hongshan representa el mayor nivel de desarrollo cultural prehistórico en el norte de China, y los albores de la civilización china de 5000 años”, declaró Su Bingqi tras el descubrimiento del sitio de Niuheliang.
Guo Dashun explica que en el sitio de Niuheliang se puede apreciar un “templo en el norte y un altar en el sur” a lo largo del eje norte-sur. El templo y el altar son las edificaciones de carácter ritual más importantes para adorar a los antepasados y al cielo. Esta estructura y diseño han continuado desde la cultura Hongshan, hace más de 5000 años, hasta las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911) en Beijing, lo cual da cuenta de su importancia, así como de la trascendencia de la cultura Hongshan como origen de la civilización china.
Los artículos de jade de la cultura Hongshan son incluso más conocidos por el público que el yacimiento arqueológico en sí. Hasta la fecha, han sido desenterradas más de 300 piezas de jade de la cultura Hongshan, principalmente en la parte sureste de la región autónoma de Mongolia Interior y en la parte occidental de la provincia de Liaoning. El sitio de Niuheliang es el lugar donde se ha desenterrado la mayor cantidad de piezas de jade de la cultura Hongshan a través de numerosas excavaciones arqueológicas.
De Niuheliang al Templo del Cielo
A unos tres kilómetros al sur de la Ciudad Prohibida en Beijing, se ubica un complejo de edificios ceremoniales. Se trata del famoso Templo del Cielo, el lugar donde los emperadores de las dinastías Ming y Qing realizaban ceremonias de adoración al cielo cada solsticio de invierno.
El complejo ceremonial tiene una larga historia. El concepto arquitectónico conformando por un altar de tres pisos, un cielo redondo y un piso cuadrado, además de la disposición a lo largo de un eje central donde el templo se ubica al norte y el altar al sur, para rendirle culto al cielo y a los antepasados, se remonta al antiguo reino de Hongshan hace 5500 a 5000 años. Todo ello, junto con otras disposiciones relativas al espacio, ha continuado hasta el día de hoy y puede ser apreciado de manera inequívoca en el sitio arqueológico de Niuheliang, donde la tríada “altar, templo y tumba” cobra sentido.
En el otoño y el invierno de 1983 se descubrió la tumba de piedra de Niuheliang y luego el sitio del templo de la diosa. Según Su Bingqi, estas dos estructuras, más un altar en el sitio de Dongshanzui, a 30 kilómetros de distancia, forman la tríada “altar, templo y tumba”. “Se trata de las reliquias dejadas por el pueblo Hongshan en la cuenca del río Daling, donde llevaron a cabo importantes ceremonias de sacrificio”, señaló Su.
El sitio de Niuheliang es el lugar más importante de la fase tardía de la cultura Hongshan. Durante la década de 1980 suscitó mucha atención tanto en el país como en el extranjero, por lo que fue catalogado como “el primer rayo del amanecer de la civilización china”.
¿Por qué Hongshan?
¿Cómo se formó, desarrolló e influyó la cultura Hongshan en las generaciones posteriores? Para explicarlo, Zhang Xingde hace una alusión a tres grupos étnicos que dieron origen a tres tipos de cerámica diferentes: aquella con vetas de cuerda, con vetas de zigzag y una sencilla. Según cuenta, hace al menos 8000 años se formaron tres grandes grupos étnicos en el norte de China. Aquellos que confeccionaron la cerámica con vetas de cuerda vivían en el curso medio del río Amarillo, principalmente en la cuenca del río Weihe; los que crearon la cerámica con vetas de zigzag vivían principalmente en el oeste de Liaoning; mientras que el grupo que había confeccionado la cerámica más simple se encontraba en el curso inferior del río Amarillo, al este de las montañas Taihang.
“La cultura y la civilización Hongshan son el resultado del encuentro, el intercambio y la integración entre estos tres grupos”, explica Zhang.
“Durante decenas de miles de años, el antiguo reino de Hongshan experimentó un desarrollo cultural sólido y, a la vez, mantuvo estrechos intercambios con la cultura circundante de Yangshao, que se encontraba principalmente en la llanura del norte de China”, apunta Guo Dashun desde una perspectiva de las civilizaciones antiguas.
La convergencia de las culturas del norte y del sur de China no solo fue una fuerza motriz para que la cultura Hongshan se convirtiera en una sociedad civilizada hace más de 5000 años, sino que también contribuyó como cimiento para la formación de la unidad pluralista de la civilización china.
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