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Fabián Pizarro Arcos

[OPINIÓN] China aboga por una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva

Por Niu Qingbao, Embajador de la República Popular China en Chile

 

A finales de diciembre de 2023, durante la Conferencia Central sobre el Trabajo de Asuntos Exteriores de China celebrada en Beijing, China presentó dos propuestas importantes para abordar los desafíos globales de desarrollo y seguridad y para promover la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad. Una de ellas es abogar por una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva.


La globalización económica es un requisito objetivo a lo largo del desarrollo de la productividad, un resultado inevitable del progreso tecnológico, la vía ineludible para el avance de la sociedad humana, así como una tendencia irreversible de la época. Desde el final de la Guerra Fría, la globalización económica ha impulsado la prosperidad comercial, facilitado la inversión, la movilidad humana y el desarrollo tecnológico, propulsando un rápido crecimiento económico global y fomentando especialmente el surgimiento colectivo de los países del mercado emergente. Sin embargo, en los últimos años, ha existido un notable aumento del proteccionismo en sus diversas formas, además de fenómenos que generan preocupación, como buscar las soluciones de las problemáticas internas en la política exterior o echar la culpa a otros por sus propios problemas. Se ha demostrado que la "contraglobalización", al perseguir el interés propio a expensas del interés de los demás no solo no resuelve los problemas inherentes, sino que también perturba las cadenas industriales y de suministro globales, obstaculiza el desarrollo saludable de la economía mundial y perjudica los intereses de diversos países. En este contexto, la propuesta de una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva señala la dirección correcta y proporciona un sólido respaldo para la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad.

 

La globalización económica debe ser universalmente beneficiosa, es decir, debe estar en línea con las aspiraciones comunes de los países de todo el mundo, especialmente los países en desarrollo, abordando los desequilibrios causados por la asignación global de recursos dentro y entre los países, para garantizar un desarrollo pleno y equilibrado, fomentar una globalización que sea propicia para el desarrollo acelerado de todos los países, especialmente los países en desarrollo. En un mundo altamente interdependiente de hoy, los países no pueden limitarse a pensar solamente cómo desarrollarse, sino que también pensar cómo lograr un desarrollo equilibrado con el resto del mundo. Es esencial expandir conjuntamente y distribuir de manera justa los beneficios de la globalización económica, permitiendo que diferentes países, clases y poblaciones participen y disfruten de los frutos del desarrollo socioeconómico, logrando un beneficio mutuo, cooperación ganar-ganar y prosperidad compartida.

 

La globalización económica también debe ser inclusiva, apoyando a los países en la búsqueda de un camino de desarrollo acorde con sus condiciones nacionales y contribuyendo conjuntamente al desarrollo común de toda la humanidad. Es necesario oponerse a todas las formas de unilateralismo y proteccionismo, resistir estándares y reglas discriminatorios y excluyentes, promover la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión, mantener la estabilidad y el funcionamiento fluido de las cadenas industriales y de suministro globales, facilitar la comprensión mutua y las concesiones entre todas las partes con respecto a sus intereses, abordar los desafíos estructurales que obstaculizan el desarrollo saludable de la economía mundial y mantener la vitalidad y el impulso del crecimiento económico global.

 

Tanto China como Chile son defensores de la globalización económica y el libre comercio. Chile fue el primer país en América Latina en firmar el acuerdo bilateral sobre la incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio, el primero en reconocer el estatus pleno de la economía de mercado de China, y el primero del mundo en firmar y luego actualizar el Tratado de Libre Comercio con China. Los dos países, al defender conjuntamente un entorno global abierto y cooperativo y el sistema comercial multilateral, han logrado beneficios mutuos y resultados de ganancia compartida. Y después de la propuesta de la Iniciativa de la Fanja y la Ruta, Chile mostró su apoyo rápidamente y tres presidentes chilenos asistieron las tres sesiones consecutivas del Foro de Cooperación Internacional de la Fanja y la Ruta, promoviendo la interconectividad global. La defensa conjunta y la promoción de la globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva por parte de China y Chile no solo contribuyen a fortalecer aún más su asociación comercial y económica mutuamente beneficiosa, sino que también se alinean con los intereses comunes de ambas partes, inyectando nuevas y mayores dinámicas en la economía global, promoviendo el desarrollo mutuo y beneficiando a todos los países, incluyendo a los numerosos países en desarrollo.

 

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