Este Festival se celebra el noveno día del noveno mes del calendario lunar.
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El Festival del Doble Nueve (el Festival Chongyang) es una importante fiesta tradicional en China. Es celebrado en el noveno día del noveno mes del calendario lunar (este año cae el 7 de octubre). Ese día los antiguos chinos tenían la costumbre de subir montañas, llevar cornejos en la ropa y apreciar los crisantemos. Por eso también se le llamaba “Festival Ascendente”, “Festival del Cornejo” o “Festival del Crisantemo”. Tiene cerca de dos mil años de historia.
También conocido como el Festival Chongyang, es una costumbre asociada a la buena salud y la longevidad.
El origen del festival
El festival se remonta a la antigüedad. Se daba en el momento de la cosecha en el noveno mes lunar, cuando como una forma de agradecimiento se hacía un sacrificio en honor al emperador celestial (el gobernante supremo en la mitología china) y a los antepasados.
En el período de los Estados Combatientes, esta festividad solo era realizada por la corte. Durante el período de los Tres Reinos y la dinastía Jin, los literatos empezaron a tener la costumbre de admirar el crisantemo y beber el vino producido con este para la fiesta.
Durante la dinastía Tang fue designado oficialmente como una tradición festiva. Desde entonces, la corte y la población comenzaron a celebrarla. En el palacio imperial de la dinastía Ming, en el noveno mes lunar, se daban de comer pasteles de flores, mientras que el emperador debía subir a la montaña Wansui en la actual provincia de Henan, una costumbre que se transmitió hasta la dinastía Qing.
En chino los términos “nueve” y “largo” son homófonos y el nueve es el mayor número de un dígito, por lo que tiene el significado de larga vida, salud y longevidad. En 1989, China designó al Festival del Doble Nueve como el “Día de la Ancianidad”, tomando en cuenta el significado de la longevidad. En 2006, el Consejo de Estado lo incluyó en la lista del patrimonio cultural intangible de China.
Leyenda sobre el festival.
Según una leyenda, durante la dinastía Han del Este, el río Ruhe (que nace en la hoy provincia de Henan) tenía un demonio. Tan pronto como apareció, todas las personas cayeron enfermas y al menos una moría a diario. La gente sufría mucho.
En el condado de Runan vivía un muchacho llamado Heng Jing. La peste le había arrebatado a sus padres y el joven estuvo también a punto de perder la vida. Una vez recuperado, Heng Jing se despidió de su amada esposa y de sus paisanos, y decidió ir a deshacerse del demonio.
Tras un momento difícil, se encontró con un ser inmortal en una antigua montaña. Conmovido por el espíritu de perseverancia de Heng Jing, el ser inmortal decidió aceptarlo como discípulo y le dio una espada demoníaca, cuyo manejo le enseñó. Heng Jing practicó arduamente de día y de noche, dejando de lado las horas de sueño. Incluso, comenzó a practicar también artes marciales.
Un día, el ser inmortal le llamó y le dijo: “Mañana es el noveno día del noveno mes y el diablo saldrá a hacer el mal. ¡Ahora que has mejorado tus habilidades, deberías volver y matarlo!”. El ser inmortal le dio a Heng Jing una bolsa con hojas de cornejo y una botella de vino de crisantemo. Le permitió montar inmediatamente en su grulla para regresar a casa.
Heng Jing volvió a su pueblo. En la mañana del noveno día del noveno mes, llevó a la gente a una montaña cercana, como le había indicado el ser inmortal, y cada persona tenía una hoja de cornejo y una copa de vino de crisantemo. Al mediodía, el viento del norte parecía rabioso, el cielo se puso oscuro y se escucharon algunos gritos.
El demonio salió corriendo del río Ruhe y llegó a la montaña. Sin embargo, olió de repente el singular aroma del cornejo y el vino de crisantemo. Su rostro cambió repentinamente, tembló y no pudo avanzar. Heng Jing tomó la espada e inmediatamente corrió hacia la montaña. Después de una prolongada lucha, apuñaló al demonio y la peste fue eliminada. Tiempo después, la gente consideró el subir a la montaña en el noveno día del noveno mes como una “actividad libre de desastres”.
Costumbres
Subir montañas o terrazas elevadas: Esta costumbre deriva de las características climáticas de la temporada y del culto a las montañas. Los antiguos chinos ascendían no solo como una actividad de escalar, sino también para apreciar las flores silvestres, las hojas rojas otoñales, y beber y comer carne.
Comer pastel de Chongyang: El pastel de Chongyang es también conocido como “pastel de flores”. No tiene una forma de preparación fija. Debe hacerse en la madrugada del noveno día del noveno mes lunar, y debe tener nueve capas, como si fuera una pagoda.
Apreciar los crisantemos: El noveno mes lunar es conocido como el mes del crisantemo. Desde el período de los Tres Reinos, esta festividad se ha celebrado con bebidas y poesía mientras se aprecian los crisantemos. Según la antigua costumbre china, esta flor simboliza la longevidad.
Trasplantar cornejos: El cornejo es una hierba medicinal china que es también un desinfectante. Los antiguos chinos creían que colocar cornejos en casa durante el festival podía evitar desastres. El cornejo era usado en los brazos, como pequeñas bolsas dentro de la ropa, o era insertado en la cabeza. Mayormente era usado por las mujeres y los niños, aunque en algunos lugares los hombres también lo empleaban.
Beber vino de crisantemo: El vino de crisantemo es considerado auspicioso y bendito. Es un licor medicinal y su sabor es ligeramente amargo. Después de beberlo, su sabor se torna refrescante, por lo que tiene un auspicioso significado.
Adorar a los antepasados: Los antiguos chinos tenían la tradición de adorar y pedir bendiciones a los antepasados. La antigua China era una sociedad agrícola y se respaldaba en la sabiduría de sus antepasados al momento de dedicarse a los cultivos.
Montar a caballo y practicar el tiro con arco: A la gente todavía le encanta practicar el tiro ese día. Durante las dinastías del Sur y del Norte, la corte imperial dictaminó que en el Festival Chongyang los oficiales militares practicasen el tiro con arco a caballo.
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