Científicos descifran el código de invernaderos del Cretácico Temprano escondido en fósiles de 140 millones de años
- Fabián Pizarro Arcos
- hace 26 minutos
- 3 Min. de lectura
Los científicos han descubierto pistas sobre el clima de la Tierra durante el período Cretácico Temprano, hace aproximadamente 139.8 a 133,9 millones de años.
Por Fabián Pizarro
Al estudiar fósiles de ostras de 140 millones de años, un equipo conjunto de científicos chinos e internacionales ha descubierto pistas sobre el clima de la Tierra durante el período Cretácico Temprano, desafiando la singular narrativa de la tendencia al calentamiento constante y ofreciendo nuevas perspectivas sobre futuras predicciones climáticas globales.

Utilizando registros fósiles de conchas de ostra y combinados con simulaciones climáticas de alta resolución, el estudio ha reconstruido, por primera vez, las fluctuaciones estacionales en las temperaturas de la superficie del mar durante los períodos de invernadero de hace 140 millones de años. Reveló marcadas diferencias de temperatura estacional y eventos periódicos de deshielo glaciar durante el período Cretácico Temprano (hace aproximadamente 139.8 a 133,9 millones de años).
Este descubrimiento desafía la creencia de larga data de que las variaciones estacionales eran débiles y la actividad glacial era rara durante los períodos de invernadero, revelando la complejidad y variabilidad del clima de la Tierra en condiciones de invernadero, ofreciendo una nueva perspectiva para entender la evolución climática a largo plazo.
Los hallazgos de la investigación fueron publicados en línea en la revista científica internacional Science Advances el 3 de mayo.
El equipo de investigación, incluyendo científicos chinos del Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana de la Academia China de Ciencias (CAS), ha encontrado que durante el período Cretácico Temprano -una era dominada por dinosaurios y caracterizada por un clima de invernadero- la Tierra todavía experimentó importantes oscilaciones estacionales de temperatura, e incluso pudo haber tenido glaciación periódica, en marcado contraste con el estado actual de las capas permanentes de hielo polar.
Los investigadores explicaron que las conchas de ostras y organismos acrecionados similares crecen en patrones anuales que se asemejan a los anillos de los árboles, formando bandas alternas de luz y oscuras. Durante los calurosos meses de verano, las conchas crecen más rápido y son más porosas, creando "bandas ligeras", mientras que en los meses de invierno más fríos, el crecimiento de las conchas se ralentiza y la estructura de las conchas se vuelve más densa, formando "bandas oscuras".
Estos organismos portadores de conchas actúan como registradores de tiempo naturales, preservando evidencia detallada del clima y la evolución del ecosistema de la Tierra. Estudiarlos puede ayudar a guiar la investigación ecológica futura, según Ding Lin, académico del CAS.
En este estudio, el equipo de investigación analizó las líneas de crecimiento en los fósiles de ostras y utilizó instrumentos avanzados para examinar su composición química, confirmando que los fósiles estaban bien conservados.
Los investigadores encontraron que durante el Cretácico Temprano, las temperaturas oceánicas invernales en las latitudes medias del hemisferio sur fueron de 10 a 15 centavos más bajas que en verano, comparables a las diferencias de temperatura estacionales en esa región hoy.
Las simulaciones climáticas sugirieron además que el agua glacial estacional pudo haber fluido en los océanos en ese momento, similar al derretimiento veraniego de los glaciares en la capa de hielo de Groenlandia hoy.
El estudio también subraya que el cambio climático no siempre es una tendencia de calentamiento constante. Los aumentos de gases de efecto invernadero pueden intensificar los extremos estacionales y aumentar la probabilidad de un clima impredecible.
El estudio encontró que los breves eventos de glaciación que ocurrieron hace 140 millones de años pueden haber sido desencadenados por una combinación de actividad volcánica a gran escala y cambios en la órbita de la Tierra - recordando que los eventos geológicos locales, junto con la actividad humana, podrían causar un enfriamiento inesperado incluso en el calentamiento actual del mundo.
Ding Lin dijo que este estudio abre una nueva ventana a la historia climática antigua. Al desafiar la visión simplista del clima de invernadero, la investigación no sólo remodela la comprensión del pasado lejano de la Tierra, sino que también proporciona puntos de referencia valiosos para predecir futuras tendencias de calentamiento global.
Comments