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La etnia Hani: guardianes de las terrazas milenarias del sur de China

  • Fabián Pizarro Arcos
  • hace 16 minutos
  • 3 Min. de lectura

En las zonas montañosas, a lo largo de más de mil años, desarrollaron un sistema agrícola único que hoy es reconocido como patrimonio cultural y ecológico de valor mundial.


Por Fabián Pizarro Arcos


La etnia Hani constituye un ejemplo notable de adaptación humana al entorno montañoso del suroeste del país. Con una población de más de un millón y medio de personas, los Hani se concentran principalmente en la provincia de Yunnan, en áreas de difícil acceso caracterizadas por montañas escarpadas, bosques densos y profundos valles. Allí, a lo largo de más de mil años, desarrollaron un sistema agrícola único que hoy es reconocido como patrimonio cultural y ecológico de valor mundial.



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El rasgo más emblemático de la cultura Hani son las terrazas de arroz, especialmente las de Honghe, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. Estas terrazas, talladas en las laderas montañosas, no solo representan una hazaña de ingeniería agrícola, sino también una cosmovisión basada en el equilibrio entre bosques, agua, aldeas y campos de cultivo. El sistema Hani integra la conservación del bosque en las zonas altas, la captación y distribución del agua y el cultivo del arroz en terrazas, creando un paisaje sostenible que ha perdurado por generaciones.


La historia del pueblo Hani está marcada por la migración y la vida en comunidad. Tradicionalmente organizados en aldeas compactas, los Hani han mantenido una fuerte estructura colectiva, donde las decisiones sobre el uso del agua, la siembra y las festividades se toman de forma comunitaria. Sus viviendas, construidas con madera, barro y techos de paja o tejas, se adaptan al clima húmedo y montañoso, y reflejan una arquitectura funcional y simbólica a la vez.


La lengua Hani pertenece a la familia tibeto-birmana y cuenta con diversos dialectos, lo que refleja la diversidad interna del grupo. Aunque el mandarín es ampliamente utilizado en la educación y la vida pública, la transmisión oral del idioma Hani sigue siendo fundamental en rituales, cantos y narraciones tradicionales. La música y el canto polifónico ocupan un lugar central en la vida cultural, especialmente durante festivales agrícolas.


En el ámbito espiritual, la etnia Hani practica un sistema de creencias animistas que rinde culto a los antepasados, a los espíritus de la naturaleza y a las fuerzas que regulan el ciclo agrícola. El Festival del Año Nuevo Hani, también conocido como el Festival del Sol, es una de las celebraciones más importantes, donde se agradece a la tierra por las cosechas y se refuerzan los lazos comunitarios mediante danzas, sacrificios rituales y banquetes colectivos.


En las últimas décadas, la modernización, el turismo y la migración juvenil han transformado la vida Hani. No obstante, programas de preservación cultural y desarrollo sostenible buscan proteger las terrazas, revitalizar la lengua y asegurar que este conocimiento ancestral continúe siendo transmitido. La etnia Hani representa hoy un modelo vivo de convivencia armónica entre cultura, naturaleza y tradición en la China contemporánea.

 

15. Hani (哈尼族, Hānízú)

Población: 1,7 millones.

Localización: Sur de Yunnan, especialmente en las terrazas de arroz de Honghe.

Idioma: Hani (familia tibetano-birmana).

Religión: Animismo y culto a la naturaleza.

Vestimenta tradicional: Tejidos oscuros con bordados; mujeres con pañuelos de plata.

Gastronomía: Arroz glutinoso, cerdo ahumado y vino de arroz.

Costumbres: Fiestas de la cosecha y rituales de agradecimiento al dios del agua.

Historia: Constructores de las terrazas de arroz de Honghe, Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Relevancia: Ejemplo de armonía entre el ser humano y el entorno agrícola.

 


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