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China: Hacia el horizonte de la modernización socialista

  • Fabián Pizarro Arcos
  • hace 8 horas
  • 6 Min. de lectura

Los alcances de la IV Sesión Plenaria de cara al futuro.


Fuente: Centro para las Américas    Autor: Eduardo Tzili Apango*


Este espacio es una alianza con la Revista China Hoy



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LA IV Sesión Plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), celebrada en Beijing entre el 20 y el 23 de octubre de 2025, fue un acontecimiento de gran relevancia en la trayectoria política contemporánea de la República Popular China (RPC). Desde una perspectiva histórica, la IV Sesión se inserta en una secuencia institucional que ha otorgado a las “cuartas sesiones plenarias” un papel de inflexión dentro del ciclo quinquenal de gobierno del PCCh, pues representan momentos en los que se definen ajustes estratégicos, se formulan nuevos planes nacionales o se reconfigura la organización del poder político.


Sin embargo, a diferencia de sus predecesoras, esta sesión tuvo una dimensión singular por situarse en el umbral de un horizonte que el propio PCCh ha caracterizado como la materialización básica de la modernización socialista para 2035. En ese sentido, aunque reprodujo la lógica histórica de las plenarias anteriores, la IV del XX Comité Central funcionó también como un punto articulador de la continuidad de la planificación socialista con una proyección hacia un estadio superior del proyecto de modernización con peculiaridades chinas.


Importancia histórica


La experiencia de las últimas décadas demuestra que las sesiones plenarias del Comité Central del PCCh suelen convocarse en “años clave”, cuando el ciclo político requiere redefinir estrategias o consolidar transformaciones institucionales. Por ejemplo, la IV Sesión Plenaria del XIX Comité Central, en 2019, giró en torno al perfeccionamiento del sistema socialista con peculiaridades chinas y la modernización de la capacidad de gobernanza estatal. Así, la cuarta sesión fue un momento de ordenamiento político e ideológico, de reafirmación del papel dirigente del PCCh y de diseño del marco normativo para la siguiente etapa de desarrollo, en las que el PCCh no introdujo rupturas abruptas, sino ajustes de gran alcance, articulando la estabilidad con la renovación.


En una dimensión temporal, la IV Sesión del XX Comité reitera ese patrón con precisión. El objetivo formal fue la aprobación de la “Propuesta del Comité Central del PCCh para la elaboración del XV Plan Quinquenal de desarrollo económico y social (2026-2030)”, documento que orientará la acción estatal durante la segunda mitad de la década. En términos de coyuntura política, la reunión tuvo lugar en un momento que el XIV Plan Quinquenal (2021-2025) se acerca a su conclusión y China está por hacer la transición hacia un nuevo ciclo de desarrollo. En su comunicado oficial, el Comité Central describió la coyuntura como un período clave para realizar básicamente la modernización socialista. De este modo, la sesión puede leerse como una instancia decisiva de definición del rumbo histórico, más allá de un mero trámite programático.


Economía y política para el pueblo


Los contenidos aprobados en esta cuarta sesión combinan la dimensión económica con la institucional. En la sesión, el Comité Central del PCCh estableció los siguientes principios para el desarrollo económico y social del XV Plan Quinquenal: perseverancia en el liderazgo integral del Partido, perseverancia en la primacía del pueblo, perseverancia en el desarrollo de alta calidad, perseverancia en la profundización integral de la reforma, perseverancia en la combinación de mercado eficaz y Gobierno emprendedor, y perseverancia en la coordinación del desarrollo y la seguridad. En el ámbito material, el documento refuerza la orientación hacia la autosuficiencia científica y tecnológica, la consolidación de un sistema industrial moderno y el impulso del consumo interno como motor de crecimiento. En el plano institucional, se enfatiza la necesidad de perfeccionar la gobernanza, fortalecer la seguridad nacional y profundizar la disciplina partidaria. Estos elementos no son nuevos. Sin embargo, su reiteración en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, transformaciones tecnológicas y desaceleración económica les confiere un sentido de urgencia y continuidad estratégica.


Con miras hacia el futuro


El rasgo distintivo de esta sesión radica en su función proyectiva. En los documentos oficiales y en los discursos del presidente Xi Jinping, la sesión estuvo caracterizada como el primer plan quinquenal de la nueva etapa hacia la construcción integral de un país socialista moderno. Esta formulación conecta la coyuntura de 2025 con la meta programática establecida por el Partido de lograr, para 2035, la materialización de la modernización socialista básica, entendida como un estadio de prosperidad material, innovación tecnológica y fortalecimiento institucional bajo el liderazgo del PCCh. Así, la sesión de octubre de 2025 no solo revisó y ajustó políticas, sino que reordenó el horizonte del socialismo chino dentro de un marco temporal concreto. En este sentido, la IV Sesión representa también una transición generacional, pues marca el paso de la etapa de consolidación del desarrollo (2012-2025) a la de culminación del proyecto de modernización (2026-2035).


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Este énfasis prospectivo confiere a la IV Sesión del XX Comité Central del PCCh un papel simbólico e histórico que excede el patrón tradicional. Si las plenarias previas habían servido para perfeccionar el sistema de gobernanza o el orden jurídico, esta se concibe como el punto de partida de una nueva fase del socialismo con peculiaridades chinas. En la narrativa oficial, el Partido considera que ha superado las “dificultades iniciales” de la reforma estructural y que el país se encuentra en condiciones de avanzar hacia una modernización integral que combine prosperidad, estabilidad y liderazgo global.


Desde un punto de vista analítico, la sesión confirma la planificación como instrumento de legitimidad y como medio de coordinación política en un entorno económico cada vez más complejo. En un contexto internacional de desaceleración, tensiones comerciales y transformaciones tecnológicas, la formulación del XV Plan Quinquenal aparece como una herramienta para asegurar la estabilidad interna y la previsibilidad externa. No obstante, también aparece como un mensaje político hacia el interior, reafirmando el liderazgo y la capacidad de conducción del desarrollo del Partido.


La modernización socialista ya no se concibe como un proceso abierto, sino como una meta verificable en el tiempo, asociada con el liderazgo del presidente Xi Jinping y con la cohesión del PCCh. Si para el año 2035 el PCCh logra demostrar la superioridad de su modelo, la meta se considerará alcanzada. Por ello, la IV Sesión Plenaria de 2025 puede entenderse también como el inicio de una cuenta regresiva política y programática.


El discurso de Xi Jinping durante la sesión reforzó esa dimensión histórica al situar la reunión dentro de la continuidad del socialismo con peculiaridades chinas, y al definir la planificación quinquenal como una “ventaja política” del sistema. En esta argumentación, el éxito de China depende de mantener la capacidad de planificar a largo plazo, de anticipar los riesgos y de coordinar a todos los niveles de Gobierno bajo la dirección del PCCh. Este planteamiento condensa la filosofía de gobernanza del actual liderazgo, en la que la planificación es un instrumento de gestión moral y política, trascendiendo la simple técnica, así como un ejercicio responsable de autoridad.


Estabilidad interna para la modernización


En consecuencia, la IV Sesión Plenaria del XX Comité Central del PCCh debe entenderse como una síntesis entre la continuidad institucional y la proyección histórica. En lo primero, se reitera el papel de las plenarias como mecanismos de ajuste y reafirmación del poder del Partido. En cuanto a lo segundo, se consolida una visión de largo alcance que orienta el proceso de modernización hacia 2035. Ambas dimensiones se entrelazan en el impulso del Estado-Partido que renueva las bases de su legitimidad, al planificar el futuro.


En perspectiva histórica, es posible afirmar que esta sesión cierra un ciclo de consolidación iniciado en 2012 cuando Xi Jinping fue electo como presidente del país y de la Comisión Militar Central, caracterizado por la centralización, la disciplina partidaria y la búsqueda de autosuficiencia. Al mismo tiempo, se abre un nuevo ciclo en el que la legitimidad del Partido se medirá por su capacidad de traducir la estabilidad política en prosperidad sostenida y en innovación tecnológica endógena. En el comunicado de la sesión, se ha expuesto la necesidad de promover la modernización del sistema y capacidades de la seguridad nacional para construir una China de paz de más alto nivel.


En resumen, la IV Sesión Plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China confirma el patrón histórico de las “cuartas sesiones” como espacios de ajuste y reafirmación institucional. Sin embargo, también va más allá al inaugurar una etapa de planificación dirigida explícitamente hacia el cumplimiento básico de la modernización socialista para 2035 en la que se condensa la continuidad en la organización del poder y la proyección histórica del desarrollo. En definitiva, esta es la sesión mediante la cual el Partido Comunista de China busca convertir la historia en proyecto.


*Eduardo Tzili Apango es profesor e investigador en la UAM Xochimilco y Senior Fellow sobre China en el COMEXI.



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