La gobernación y administración de China: Bases y sustentos del socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era

Dirigir un país como China  debe hacerse desde China, para China y con los chinos.

Por FABIÁN PIZARRO ARCOS*

Xi Jinping, entonces vicepresidente de China en febrero del 2012, sostuvo que “cualquier logro conseguido por China es insignificante si se divide por 1.300 millones, y cualquier problema de China se vuelve muy grave si se multiplica por 1.300 millones”. Esta frase puede resumir la gran responsabilidad, capacidad y estrategia estatal que se debe tener para gobernar y administrar un país-continente como es China.

En este contexto, y tal como se muestra en el libro Xi Jinping: La gobernación y administración de China (IV), dirigir un país como el gigante asiático debe hacerse desde China, para China y con los chinos. ¿En la práctica qué quiere decir esto? Se refiere a hacerlo sobre las bases estructurales que China ha forjado con el pueblo desde 1949: bases culturales y políticas que, aunque puedan parecer inusuales, tienen una profunda relevancia.

Desde Occidente se mira, y muchas veces con desconfianza, la serie de nuevos conceptos, ideas y estrategias que han nacido desde lo más hondo de China para administrar su modelo. Modelo que, aunque mucho niegan, ha sido efectivo y ha llevado a la nación asiática a estar en lo más alto de la órbita mundial. Nos referimos al socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era.

En el libro, que incluye más de cien textos, Xi aborda distintos tópicos como la historia, la política, filosofía y economía del país, buscando, justificando y sustentando la idea de mantener y desarrollar aún mejor el socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era. En sus páginas, se recoge de manera clara cómo China ha ido pavimentando su camino hacia el éxito.

Pero, ¿cuáles son las bases y el sustento de este sistema tan “peculiarmente chino”?

En primero lugar, y tal vez lo más relevante es la importancia del Partido Comunista de China (PCCh), que desde el año 1921 ha sido el sostén de esta estructura. “Lograremos asegurar que el Partido no se deteriore y no cambie de color ni de sabor, siempre y cuando llevemos adelante con vigor el gran espíritu fundacional del Partido, no olvidemos las aspiraciones fundacionales y la misión, nos atrevamos a llevar a cabo una revolución interna, eliminemos constantemente todos los factores nocivos que socavan el carácter avanzado y puro del Partido y extirpemos sin pausa todos los agentes patógenos que erosionan el cuerpo sano del Partido”, sostiene el mandatario chino.

Xi en La gobernación y administración de China (IV) también destaca que la insistencia en el liderazgo integral del Partido  ha sido “el camino ineludible para mantener y desarrollar el socialismo con peculiaridades chinas. Solo con persistencia invariable en el liderazgo integral del Partido y en defensa decidida de la autoridad y la dirección centralizada y unificada de su Comité Central, garantizaremos con absoluta certeza que todo el Partido y el país, unidos en la lucha, tengan poderosa cohesión política y confianza en el desarrollo”.

En segundo lugar, está el pueblo, sin duda otro de los pilares del socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era. Xi destaca que “la unidad y la lucha son indispensables para que el pueblo chino cree una magna obra en la historia. Siempre que el pueblo de todas las etnias del país, liderado por el Partido, se mantenga unido con una sola voluntad y tenga tanto la valentía como la táctica de luchar, venceremos todas las dificultades y desafíos en el camino de avance y seguiremos obrando nuevos milagros admirables”.

Esto ha permitido una visión realista que abarca no solo las condiciones del desarrollo socioeconómico del país, sino que también las excelentes tradiciones culturales de la nación china, algo de vital importancia para entender su pasado, presente y futuro.

En tercer lugar, la  independencia y autosuperación. Esto hace referencia a los distintos ámbitos donde China se ha vuelto relevante y que han consagrado su éxito. Xi destaca que “en ciencia y tecnología, seremos capaces de mejorar la competitividad y la sostenibilidad del desarrollo del país, captar la iniciativa y ganar el futuro en la cada vez más feroz competencia internacional”. Su papel y relevancia en estos dos temas a nivel mundial hoy nadie lo desconoce.

Podríamos seguir añadiendo puntos que sustentan y afirman que el sostenido asenso chino tiene base en su modelo peculiar. Xi afirma que “el socialismo con peculiaridades chinas constituye el camino que necesariamente debemos tomar en la materialización de la gran revitalización de la nación china. Solo siguiendo inalterablemente este camino, seremos sin duda capaces de hacer realidad de continuo la aspiración del pueblo a una vida mejor y promover ininterrumpidamente su prosperidad común”.

La base del socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era se ha logrado en un sistema democrático consultivo en China que no solo se ajusta a las realidades sociopolíticas contemporáneas, sino que también a profundas raíces culturales del pueblo chino. Así, desde su proposición hasta la actualidad, durante aproximadamente 40 años ha logrado un éxito enorme. Sin embargo, en el transcurso de su desarrollo, también se ha enfrentado a una serie de problemas urgentes que ha logrado resolver. Entre ellos se incluyen: cómo abordar apropiadamente el tema de la equidad en el desarrollo de la economía de mercado socialista; cómo gestionar de manera más efectiva la contaminación ambiental en el proceso de industrialización y modernización; cómo seguir gestionando las relaciones internacionales, asumiendo un rol cada vez más activo; y sus problemas demográficos, como el envejecimiento de la población, entre otros.

Xi tiene fe en el trabajo realizado y en los tiempos venideros, todo al alero del PCCh y el pueblo chino. “Aunaremos una enorme fuerza para preservar los principios, hacer innovaciones y vencer juntos las adversidades temporales, de modo que se conforme la columna vertebral más fiable de todo el pueblo ante la llegada de las tormentas”.

*Fabián Pizarro Arcos es periodista, director editor general de Descubriendo China