Una alianza con visión de largo plazo: 55 años de diplomacia Chile–China
- Fabián Pizarro Arcos
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Los 55 años son una base sólida. Ahora el desafío es transformarlos en un futuro compartido.
Por Fabián Pizarro Arcos
Este 15 de diciembre de 2025 marca un aniversario decisivo: 55 años desde que Chile y China establecieron relaciones diplomáticas formales — en 1970, durante el naciente Gobierno de Salvador Allende Gossens, Chile se convirtió en el primer país sudamericano en reconocer a la República Popular China. Esa decisión, en medio de la tensión global de la Guerra Fría, demostró audacia y proyección hacia un futuro de cooperación más allá de fronteras geográficas e ideológicas.

Más de cinco décadas después, aquella apuesta temprana se ha convertido en una de las alianzas bilaterales más robustas y estratégicas de Chile: una relación que abarca diplomacia, comercio, inversiones, cooperación técnica, agricultura, cultura, ciencia y educación. Este aniversario no es solo simbólico: es un buen momento para reflexionar sobre lo logrado y proyectar lo que viene.
La relación ha transitado por etapas: diplomacia ideológica (1970), prudencia política (dictadura), comercio emergente (1980–2000), auge económico (2005–2025), y ahora una etapa de diversificación en innovación, cultura, ciencia y voluntad política mutua por equilibrar la dependencia económica con autonomía estratégica.
Cinco hitos clave en estos 55 años
1970 – Establecimiento de relaciones diplomáticas
Ese año Chile dio un paso histórico al convertirse en el primer país sudamericano en reconocer a China diplomáticamente. Ese gesto fue el primer ladrillo de una relación que con el tiempo se transformaría en un puente entre América Latina y Asia.
1999 – Apoyo de Chile al ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC)
Chile fue pionero en Latinoamérica al respaldar la incorporación de China a la OMC, un respaldo que facilitó la integración de China en el comercio global y abrió oportunidades para un comercio bilateral más fluido.
3. 2004 - Declaración de Asociación Estratégica entre Chile y China
En noviembre de 2004, durante la Visita de Estado del presidente Hu Jintao a Chile, ambos países firmaron la Asociación Estratégica, un instrumento que elevó las relaciones bilaterales a un nivel superior. Este acuerdo representó el reconocimiento formal del carácter prioritario del vínculo para ambas partes y estableció un marco de cooperación de largo plazo.
Para China, Chile se convertía en un socio confiable en América Latina; para Chile, la asociación significaba acceso preferente a una potencia global en ascenso. La firma de la Asociación Estratégica fue el preludio inmediato del Tratado de Libre Comercio firmado al año siguiente.
2005/2006 – Firma y puesta en vigor del Tratado de Libre Comercio Chile–China (TLC)
El 18 de noviembre de 2005 se firmó este acuerdo — el primero de un país latinoamericano con China — que entró en vigencia en octubre de 2006. Desde entonces, el comercio bilateral se disparó: el intercambio total de bienes se multiplicó varias veces respecto al periodo previo al TLC.
2015–2025: Consolidación de la cooperación integral — política, comercio, inversiones y cultura
A partir de 2015, con la adopción de un Plan de Acción Conjunta que luego derivó en una Asociación Estratégica Integral (2016), la relación Chile–China comenzó a trascender lo comercial. Se extendió a ámbitos como infraestructura, energía, ciencia, tecnología, educación y cultura. En 2025, eventos como Chile Week China celebran ese vínculo multifacético que combina oportunidades económicas con intercambio cultural.
Estos hitos no solo ilustran la evolución de las relaciones diplomáticas, sino que revelan un proceso sostenido de consolidación: una relación construida sobre respeto mutuo, interés recíproco y visión estratégica.
El valor simbólico y práctico de estos 55 años
Hoy, China no solo es el aliado diplomático: es el principal socio comercial de Chile, motor de inversiones y plataforma para la diversificación exportadora — desde minerales hasta agroalimentarios. Gracias al TLC y su modernización, productos chilenos como frutas, salmón, celulosa, vino, bienes forestales, han encontrado cada vez más espacio en el mercado chino.
Además, esa relación ha permitido traer inversiones en áreas críticas para el desarrollo — infraestructura, energía, transporte, tecnología — y abrir canales de cooperación técnica y científica. En lo diplomático, la alianza se ha mantenido estable y pragmática, más allá de los vaivenes políticos internos de ambas naciones.
Pero quizás lo más valioso es el simbolismo de esta alianza: una muestra de que los países latinoamericanos pueden mirar hacia Asia, construir puentes y diversificar sus relaciones, sin depender exclusivamente de potencias tradicionales. Para Chile, esa decisión de 1970 fue visionaria — y 55 años después, sigue dando frutos.
Chile y China_ 55 años de amistad
Celebrar 55 años de relaciones diplomáticas entre Chile y China no es un ejercicio nostálgico: es un reconocimiento a una alianza construida con visión de largo plazo, que se ha convertido en un pilar de la integración de Chile con el Asia-Pacífico, y en una plataforma concreta de desarrollo.
Los logros — diplomáticos, comerciales, culturales — son evidentes: una historia que partió en 1970 y que hoy ve sus frutos en inversiones, comercio, alianzas estratégicas, intercambio cultural y cooperación técnica. Pero lo más importante aún está por venir.
Si Chile y China saben asumir sus responsabilidades con visión, transparencia y respeto mutuo, esta alianza puede transformarse en una alianza moderna, dinámica y equilibrada — una alianza que no solo beneficie a los gobiernos, sino a las sociedades, los pueblos, los ciudadanos. En ese camino, los próximos años serán decisivos.
Los 55 años son una base sólida. Ahora el desafío es transformarlos en un futuro compartido.





