La Meseta de Loes: cuna de civilizaciones y paisaje único del norte de China
- Fabián Pizarro Arcos
- hace 1 día
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Su importancia no solo radica en su particular geografía, sino también en su profunda conexión con la historia, la cultura y el desarrollo de la civilización china.
Por Fabián Pizarro Arcos

La Meseta de Loes —también llamada Loess Plateau— es uno de los paisajes más singulares y emblemáticos de China y del mundo. Ubicada en el norte del país, abarca principalmente las provincias de Shaanxi, Shanxi, Gansu, Ningxia y parte de Mongolia Interior. Con más de 600.000 kilómetros cuadrados, se considera la mayor extensión de suelo loésico del planeta. Su importancia no solo radica en su particular geografía, sino también en su profunda conexión con la historia, la cultura y el desarrollo de la civilización china.
El “loes” es un tipo de sedimento fino, amarillento y muy fértil, compuesto por partículas de polvo transportadas por el viento durante miles de años. Estas partículas se depositaron en capas profundas, creando un terreno poroso y fácil de erosionar, pero extraordinariamente rico para la agricultura. La meseta alcanza espesores de hasta 200 metros de loes en algunas zonas, lo que la convierte en un verdadero archivo natural de la historia climática del continente asiático. Su color característico dio origen al nombre tradicional de “las tierras amarillas” y contribuyó al apelativo del propio “río Amarillo”, que nace y fluye a través de esta región.
Desde el punto de vista histórico, la Meseta de Loes es considerada una de las cunas de la civilización china. Fue en esta región donde se desarrollaron las primeras culturas agrícolas del país, como la cultura Yangshao y la Longshan, ambas conocidas por su cerámica, sus técnicas de cultivo y su organización social avanzada. Gracias a la fertilidad de su suelo, la zona permitió el establecimiento de comunidades sedentarias que más tarde darían origen a los Estados y dinastías tempranas de la historia china. Muchos arqueólogos la comparan con Mesopotamia o el valle del Nilo por su rol en el surgimiento de una civilización milenaria.
Culturalmente, la meseta está estrechamente ligada a la identidad del norte de China. Sus paisajes ondulados y áridos, marcados por barrancos profundos y colinas redondeadas, han influido durante siglos en la arquitectura local. Las tradicionales yaodong, viviendas excavadas directamente en las paredes loésicas, son un ejemplo emblemático de adaptación humana al entorno. Estas casas-cueva mantienen temperaturas constantes durante todo el año, lo que las convierte en estructuras ingeniosas y eficientes que aún hoy se utilizan en algunas aldeas rurales.
La región también ha sido escenario de numerosos hechos históricos y movimientos culturales. Fue centro de influencia durante las dinastías Han y Tang, y posteriormente un corredor clave durante el surgimiento de la Ruta de la Seda. Además, en el siglo XX, la Meseta de Loes adquirió especial relevancia política y simbólica durante la Guerra de Resistencia contra Japón y la Guerra Civil China, ya que fue el escenario principal de la base revolucionaria de Yan’an, donde se consolidó gran parte del pensamiento político del Partido Comunista.
Sin embargo, la Meseta de Loes también es conocida por ser una de las regiones más erosionadas del mundo. Sus suelos, aunque fértiles, son extremadamente vulnerables a la lluvia, el viento y la acción humana. Durante siglos, la deforestación y el sobrepastoreo generaron graves procesos de erosión, provocando la pérdida de suelo y la formación de cañones profundos, así como grandes cantidades de sedimentos que impactaron el flujo del río Amarillo.
A finales del siglo XX, esta situación llevó al gobierno chino a iniciar uno de los programas de restauración ecológica más ambiciosos del planeta. Miles de hectáreas fueron reforestadas, terrazas agrícolas fueron construidas para prevenir la erosión y se implementaron políticas para reducir el pastoreo intensivo. Estos esfuerzos transformaron notablemente el paisaje: donde antes predominaba la aridez, hoy se observan zonas verdes, cultivos estables y una mejora visible en la calidad de vida de las comunidades locales. El proyecto es considerado un caso ejemplar de recuperación ambiental a nivel mundial.
Hoy, la Meseta de Loes sigue siendo un símbolo del pasado y del futuro de China. Es la memoria geológica del clima asiático, la cuna de civilizaciones antiguas y un ejemplo contemporáneo de cómo un territorio puede ser restaurado con ciencia, voluntad política y participación comunitaria. Su valor cultural, histórico y ecológico la convierte en un lugar fundamental para comprender no solo la historia del país, sino también los desafíos ambientales del siglo XXI.
Foto por I, Till Niermann, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2299288









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