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  • Fabián Pizarro Arcos

OPINIÓN: China-Brasil: profundización de la agenda bilateral

Por Evandro Menezes de Carvalho,  editor jefe de la edición en portugués de la revista China Hoy.


La cálida recepción ofrecida por el presidente Xi Jinping al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en abril del año pasado en Beijing, reflejó el gran impulso de las relaciones bilaterales entre China y Brasil, las cuales se preparan para celebrar sus 50 años en agosto próximo. En las dos primeras décadas de esta relación bilateral, el comercio pasó de 17,4 millones de dólares en 1974 a 1300 millones en 1994. Casi tres décadas después, la cifra ya supera los 130.000 millones de dólares y China ha pasado de ser un socio económico relativamente insignificante a convertirse en el principal aliado económico de Brasil, con iniciativas conjuntas en el escenario internacional como el BRICS y el Nuevo Banco de Desarrollo.


Reforzar la cooperación


Lula y Xi Jinping, ambos en su tercer mandato, parecen decididos a promover una revitalización de la Asociación Estratégica Integral. Los dos líderes reforzaron la cooperación en áreas ya consolidadas en la agenda bilateral. Así, afirmaron el carácter estratégico de la cooperación en agricultura y comercio agrícola, reiteraron su interés en ampliar las inversiones y renovaron su compromiso de dar continuidad al Programa de Satélites de Recursos Terrestres China-Brasil, existente desde 1988. Sin embargo, los dos mandatarios también expresaron su deseo de ampliar la cooperación hacia otras áreas como agricultura sostenible, agricultura digital y agrobiotecnología. En materia de inversiones, acordaron diversificarlas en la misma línea que las anunciadas por empresas chinas para el desarrollo tecnológico del sector de telecomunicaciones y productos electrónicos en Brasil. En el campo de la tecnología espacial, acordaron cooperar en la exploración lunar y del espacio profundo, así como trabajar en el desarrollo de la nueva generación de tecnología de luz de sincrotrón.


La intención de avanzar en iniciativas comunes en la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente y la innovación científica y tecnológica quedó patente en la Declaración Conjunta resultante de esta visita. Cabe destacar la firma de memorandos de cooperación sobre economía digital y comercio electrónico. Además, se anunció la creación de una Subcomisión de Medio Ambiente y Cambio Climático en el marco de la Comisión Sino-Brasileña de Alto Nivel de Concertación y Cooperación (Cosban).


El anuncio del acuerdo sobre el uso de monedas locales en las transacciones comerciales fue el acontecimiento más ilustrativo de este nuevo momento en las relaciones China-Brasil. Este acuerdo reforzará el comercio bilateral y permitirá una mayor independencia y resistencia económica y monetaria. La primera operación comercial en la que se utilizaron las monedas locales de ambos países –el renminbi (RMB) y el real– fue realizada por la empresa Eldorado Brasil con el envío de 43 contenedores de celulosa al puerto de Qingdao, en la provincia de Shandong, en agosto de 2023. También hay otras empresas brasileñas que ya están estudiando la posibilidad de vender sus productos a China con precios en RMB.


Xi Jinping y Lula son líderes que están dando a la política exterior una dimensión y un dinamismo nunca vistos en la historia de China y Brasil. La Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global y la Iniciativa de la Civilización Global forman parte de un marco bien estructurado y coherente de conceptos y acciones en la política exterior china. Lula, por su parte, asumió la Presidencia de Brasil doce años después del fin de su segundo mandato, en enero de 2011, y ha tenido que reconstruir la política exterior brasileña tras un período de “apagón” provocado por el gobierno de su predecesor. Brasil debe aprovechar este momento y profundizar la cooperación en sectores en los que la asociación ya está bien desarrollada, y avanzar en nuevos frentes de cooperación.


En este sentido, el gobierno de Lula debe promover una mayor presencia de empresas brasileñas en el mercado chino, incluso en el sector de los servicios, y fomentar joint ventures y asociaciones tecnológicas con empresas chinas en Brasil, para que el entorno empresarial sea más abierto, equitativo y atractivo para los empresarios de ambos países. En la Declaración Conjunta, las dos partes reconocieron el potencial de cooperación en infraestructuras de transporte, incluido el ámbito ferroviario. Este es un tema al que el gobierno de Lula debería prestar especial atención en sus relaciones con China. En una década, la red ferroviaria de alta velocidad de China ha pasado de menos de 10.000 kilómetros a más de 40.000 kilómetros, lo que ha catapultado al país como líder mundial en el sector. China ha visto un crecimiento exponencial de su economía y un profundo desarrollo en ciencia y tecnología gracias al excelente sistema vial que ha integrado al país tanto a nivel nacional como internacional.


Objetivos en común


Al referirse a la integración del transporte internacional, la Iniciativa de la Franja y la Ruta merece una mención especial. Este monumental proyecto chino de inversión en infraestructura se encuentra en plena consonancia con los esfuerzos emprendidos por Brasil a favor de la integración sudamericana. Cabe destacar la voluntad del Gobierno chino de profundizar la cooperación con el Mercosur, como fue dado a conocer en la Declaración Conjunta con motivo de la visita de Lula. El futuro del Mercosur pasa por su inclusión en la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el desarrollo de Brasil cobrará un nuevo impulso si la promoción de la inversión industrial, objeto de un memorando firmado por las partes, presta especial atención a las infraestructuras de transporte a nivel urbano, tanto entre ciudades como a nivel interestatal, teniendo en cuenta la integración del país con el mundo.


La relación entre Brasil y China en 2023 abrió un escenario favorable para una asociación dinámica y multidimensional entre estas dos naciones, pero su desarrollo dependerá no solo de los Gobiernos, sino también de las empresas, universidades y otros actores involucrados en la cultura, el turismo, el deporte, entre otros sectores. Las bases de las relaciones bilaterales son sólidas. No hay vacilaciones ni ambigüedades. La determinación de desarrollar la cooperación y la amistad bilateral debe ser tan clara como el compromiso de la política exterior de Brasil con el principio de una sola China, lo que vaticina un futuro brillante para estos dos socios.


En 2024, la República Popular China y la República Federativa de Brasil celebrarán 50 años de relaciones diplomáticas y también 20 años desde la creación de la Cosban. Hay muchas razones para celebrar estas fechas. Pero también hay mucho que hacer para que esta amistad contribuya a promover el desarrollo no solo de los dos países, sino también de otros países socios. Vale la pena recordar que en 2024 se llevará a cabo la Cumbre del G20 en Río de Janeiro. Será otra oportunidad para fortalecer aún más las prioridades de Brasil y China como naciones en desarrollo dentro de este foro de las mayores economías del mundo, y para defender el multilateralismo y la democratización del sistema internacional. Hay una gran expectación por la visita de Xi Jinping a Brasil. Su visita es más que la de un jefe de Estado. Es la visita de un amigo de Brasil, lo cual marca una enorme diferencia en el corazón del pueblo brasileño.


*Evandro Menezes de Carvalho es editor jefe de la edición en portugués de la revista China Hoy, profesor de derecho internacional en FGV Direito Rio y Universidad Federal Fluminense, y profesor visitante sénior de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Beijing.  

 

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